Sobre los comentarios literarios...

Comentario: Escrito que sirve de explicación a una obra.
Comentar: Explanar, explicar el contenido de un escrito para que se entienda mejor.
Comentador: Persona que comenta.
Crítica: Arte de juzgar de la bondad, verdad y belleza de las cosas. Cualquier juicio formado sobre una obra literaria o artística. Censura de las acciones o de la conducta de alguno. Murmuración.
¿Alguna vez nos hemos preguntado que categoría portan en realidad aquellos que escriben en los periódicos acerca de las obras literarias?. ¿Son comentadores o críticos literarios?. Y en éste último caso, ¿critican o censuran?.
Finalmente... ¿cuánto saben? y ¿qué o quién les otorga semejante autoridad?.
Si aceptamos al comentario como la vía necesaria para acercar la obra al lector, consideraremos también como indispensable la presencia del comentador; aunque en el sentido estricto de lo que significa y representa un comentario.
Existen, claro está en muchos periódicos, revistas y órganos literarios, rectos comentadores o comentaristas que cumplen abnegadamente con su función; pero también existen de los otros...
El lector, ingenuo, que no ve a los escritores, no conoce su modo de vivir y ni siquiera a leído aún su obra, se forma tristemente una opinión conforme a los pícaros intereses de estos "otros" personajes.
Denominados, y hasta autodenominados críticos, son fácilmente reconocibles por su acción.
He aprendido a conocer bien el siquismo de estos productos del negocio literario que inundan con sus elucubraciones esos periódicos y revistas.
En ellos el "arte" de juzgar poco difiere de la censura o de la condena preterintencional, porque son capaces de ocultar la presencia de aquellas obras o autores que no "responden" a sus intereses y por el contrario exaltar con acciones falsas los trabajos más torpes, induciendo de forma obscena a engaños y errores.
Estos "críticos", difieren entre sí tan sólo por el grado de importancia y difusión del medio tras el que se ocultan y para el cual trabajan. Este rasgo es la causa principal de su proliferación, de su falsa autoridad sobre la masa y de la adulación incesante y servil, manifiesta hacia aquellos grupos editoriales que depositan dinero en sus bolsillos.
Erica Espiñeira
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